La mente de Esperanza Williams estaba cargada de preocupaciones incluso después de llegar a casa.
Simplemente no podía comprender los pensamientos de Waylon Lewis.
Hace cinco años, la había obligado a abortar; hace apenas unos días, la había perseguido hasta el aeropuerto, exigiendo saber el paradero del niño y luego la había detenido.
Todos estos incidentes se acumulaban en su mente, indicándole que este hombre quería llevarse a su hijo, llenándola de un inmenso miedo hacia él.
Pero hoy, después de recibir una llamada de Willow, escuchar la voz de Willow pareció despertar sorpresa y anticipación en sus ojos.
Incluso la forma en que hablaba, había una tentativa que uno podría asociar con un hombre que comienza a experimentar la paternidad.