—¿Podemos pedirte un favor, mal papá? —dijo Waylon Lewis levantando una ceja—. Vamos a escucharlo.
Estos dos pequeños traviesos lo llamaban tan tarde. Pensó que no podía ser simplemente para disculparse. Waylon Lewis curvó sus labios en una sonrisa burlona, esperando lo que dirían a continuación.
—¿Podrías llevar a nuestra mamá a comer? —preguntó Willow tímidamente, su voz dulcemente láctea, irresistiblemente adorable.
—¿Qué? —Waylon Lewis se acercó a la ventana, mirando las luces parpadeantes afuera, una chispa de sorpresa cruzando por sus ojos profundos.
—Nuestra mamá dijo que quería que la llevaras a comer; tiene algo que decirte.
—¿Ella quiere que la lleve? ¿Lo dijo ella misma? —Los agudos ojos de Waylon se estrecharon ligeramente con diversión, aunque escéptico.
—Mmm, por supuesto.
...
—¿No lo crees? —preguntó Luke.
—La probabilidad no es alta —dijo con voz profunda.