—Llama a Wyatt Lewis —frunció el ceño profundamente Waylon Lewis, sus ojos mostraban la calma antes de la tormenta.
Wyatt Lewis no había dejado el hospital y había estado con Aria Richardson y Luke todo el tiempo. Pronto, Wyatt llegó.
—Hermano —la voz de Wyatt era baja y sombría, su rostro normalmente despreocupado carente de toda frivolidad.
—Quédate con ella y asegúrate de que no le pase nada.
—Hermano, ¿a dónde vas?
—Ha surgido algo.
Waylon Lewis se marchó fríamente después de pronunciar esas palabras.
Wyatt solo sentía que en ese momento, la ira que emanaba de su hermano podía incinerar todo.
Un hombre con una cicatriz había muerto y otro hombre calvo había sido arrestado.
Waylon Lewis había ordenado que al hombre calvo no se le debía matar.
El hombre calvo colgaba de un poste, su cuerpo sin un solo trozo de carne intacta, la sangre se acumulaba en el suelo.