Tras intentar en vano resistirse, finalmente cedió al deseo, se inclinó y su beso aterrizó en el cuello de Hope Williams... Su razón finalmente se entregó a sus antojos.
—La señorita Williams se ha ocupado de todo —exclamó el camarero que acababa de servir frente a Mia Fuller, buscando elogios por su servicio.
—La cara de Mia se transformó en una sonrisa satisfecha. —Bien hecho.
—Mientras hablaba, se quitó la pulsera de la muñeca y se la entregó al camarero. —Esto es para ti. Ya sabes lo que tienes que hacer después.
—El camarero sostuvo la pulsera de alta gama con alegría, asintiendo repetidamente. —Sé, sé, señorita Fuller, tenga la seguridad.
—Adelante.
Los labios de Mia continuaron curvándose hacia arriba.
Esta vez Hope Williams, definitivamente vas a ser arruinada.
¿Cómo podría desaprovecharse tal oportunidad de exponerla sin capturarla en cámara? Pensando esto, Mia tomó emocionada su teléfono y empujó la puerta para abrirla.