—No es ninguna molestia, tío Lewis —Vivia Fuller ofreció una sonrisa ligera—. Entonces, tío Lewis, me marcharé ahora.
—Está bien.
Cuando Vivia Fuller se dio vuelta, la expresión gentil y amable en su rostro desapareció al instante, reemplazada por un odio mordaz.
—¿Qué le dijiste al tío Lewis? —Mia Fuller miró a Vivia.
—Nada.
—¿Nada? Estás engañando a un fantasma. ¿Y qué estuvisteis haciendo tú y el abuelo en casa hoy? —Mia siempre sentía que estos dos le ocultaban algo, manteniéndola en la oscuridad.
—¿Y a ti qué te importa? Solo ocúpate de tus asuntos —Vivia se alejó con un taconeo fuerte.
Mia, apretando los dientes, la persiguió y agarró la mano de Vivia —Tú también te gustas del hermano Waylon, ¿verdad?
Vivia miró hacia atrás con una mirada fría y una mueca helada, respondiendo sin rodeos —Sí, recién te estás dando cuenta.
Mia acababa de ver la manera en que Vivia miraba a Waylon Lewis y estaba aún más segura de sus anteriores sospechas.