Con la maniobra de Waylon Lewis, la garra comenzó a operar, presionando el botón de confirmación y descendiendo, capturando exitosamente el animal de peluche.
Luke y Willow contuvieron la respiración, observando atentamente al pequeño cordero, rezando en sus corazones para que no se cayera, que no se cayera.
Esperanza Williams tampoco pudo evitar ponerse nerviosa al ver esta escena.
El segundo siguiente, la garra se soltó, y el pequeño cordero cayó exitosamente en el conducto.
—¡Lo conseguimos! —gritaron emocionados Luke y Willow.
Waylon Lewis recogió el pequeño cordero y se lo dio a Willow, quien estaba rebosante de alegría, saltando por el suelo, más feliz de lo que había estado cuando se lo compraron antes.
Waylon Lewis luego se volvió hacia Luke.
—¿Cuál quieres?
—¿Puede papá atraparlo si lo quiero?
—Sí —asintió afirmativamente Waylon Lewis.
Luke miró un peluche de tigre en la esquina.
—Ese.
—Está bien —asintió Waylon Lewis.