Esperanza Williams parpadeó. —Espera y verás, ella pagará el precio.
Waylon Lewis vio la sonrisa brillante en los ojos de la chica y supo que tenía un plan.
—Adelante, estoy detrás de ti. Si sucede algo, me encargaré de todo por ti.
Los ojos de Esperanza Williams se suavizaron gradualmente. —No te preocupes, no haré nada malo, resolveré el problema de forma racional.
Waylon Lewis abrazó a Esperanza Williams y sonrió. —Está bien, deja todo a la Señora Lewis.
El almuerzo fue preparado por Tomás Hughes. Después del almuerzo, ambos se ocuparon de sus respectivas tareas.
Se escucharon golpes, y Tomás Hughes entró, aparentemente con algo que informar.
—Jefe... —dijo Tomás Hughes, mirando a Esperanza Williams.
Estaba claro que este asunto debía excluir a Esperanza Williams, probablemente algún tema confidencial. Esperanza Williams no quiso saber y se levantó para irse, pero Waylon Lewis se levantó antes que ella.
Esperanza Williams lo miró. —¿Qué pasa?