—Así que, Pequeña Hope, deberías entender que no debes ir contra la Familia Williams. Simplemente escucha a Abuelo obedientemente y regresa con los Williams, y no habrá tantos problemas —dijo Ted Williams, con las manos en los bolsillos, de pie delante de Hope Williams.
No quería que las cosas llegaran a tal extremo, pero el Viejo Maestro Williams había dado una orden estricta esta vez.
Hope debe regresar con él.
Hope miró a Joseph Sanders.
El rostro de Joseph estaba sombrío. —Cuñada, te protegeré, no tengas miedo de él.
Hope miró a Joseph y sonrió levemente. —Gracias, pero me temo que no puedo evitar regresar hoy.
Hope sacó su teléfono de su bolso, miró la pantalla, y su mirada se posó en el último mensaje.
Ted le recordó:
—Ni siquiera pienses en enviar un mensaje a Waylon Lewis. Aguas lejanas no apagan fuego cerca. Además, toda la gente afuera es del Viejo Maestro Williams, y también ha dispuesto gente en el aeropuerto.