El rostro de Esperanza Williams se volvió frío. —¿Con qué ojo viste que yo la estaba acosando?
—Oye, viejo raro, ¿dejarías de acusar a la gente, por favor? —Aria Richardson dio un paso adelante para discutir con Maverick Williams.
Luna Williams habló rápidamente. —No, abuelo, mi hermana no me acosó, rompí esta taza yo misma accidentalmente, por favor no culpes a mi hermana.
—¿Escuchaste eso? No está bien culpar a nuestra Esperanza por todo.
Aria Richardson miró ferozmente a Maverick Williams.
Maverick Williams miró a Esperanza, su rostro oscureció por un momento, como si hubiera visto a una malvada bruja vieja de un cuento de hadas.
Pero cuando miraba a Luna, era como si estuviera viendo a la bondadosa Blanca Nieves.
Esperanza no se preocupó de cómo él la veía y no quería quedarse aquí más tiempo, girando hacia Aria. —Vámonos.
—Claro. —Aria tampoco quería quedarse allí, sintiendo que la atmósfera era dolorosamente sofocante.