Esperanza asintió:
—De acuerdo, vamos todos a almorzar.
El almuerzo estaba dispuesto tan lujosamente como siempre, y Esperanza escudriñó la sopa de pescado frente a ella, con los ojos rebosantes de frialdad.
Zoey miró la mesa llena de delicias, sus ojos brillando:
—Guau, tía Williams, la comida de tu familia es tan rica y fragante, parece tan deliciosa.
Esperanza esbozó una leve sonrisa:
—Entonces deberías comer más, no seas tímida.
—Mmm, no seré tímida.
Tía Thompson se adelantó para servirle a Esperanza un tazón de sopa de pescado:
—Señora, esta sopa de pescado ha estado hirviendo durante mucho tiempo, es muy deliciosa, por favor pruébela.
Esperanza extendió la mano para tomar el tazón que le ofrecieron, fingiendo levantar una cucharada para soplarla.
Tía Thompson no pudo evitar mirar fijamente a Esperanza, sus manos firmemente entrelazadas por los nervios.
Esperanza frunció ligeramente el ceño, bajando la mirada hacia tía Thompson, y preguntó con calma: