—¡Tú... yo! —Cuando cayó la bofetada, Maverick Williams se arrepintió al instante—. Luna...
Los labios de Luna Williams temblaron mientras cubría su rostro, enderezándose lentamente, con lágrimas cayendo pesadamente—. Abuelo, tú en realidad... ¡me golpeaste!
—Luna, yo... —Maverick Williams estaba lleno de remordimiento.
Luna Williams había sido consentida por él desde pequeña, nunca había sido golpeada, nunca había sido regañada, ni siquiera una palabra dura le fue dicha, y hoy estaba tan enfadado que la había golpeado.
—¡Váyanse... todos váyanse! No quiero ver a ninguno de ustedes, no quiero ver a ninguno de ustedes —Luna Williams gritó y rugió a través de sus lágrimas, agarrando cualquier cosa que pudiera y lo estrelló contra el suelo.
Estaba prácticamente loca.
Maverick Williams observó la escena con tanto dolor como impotencia, temiendo que Luna Williams se lastimara. Se apresuró a decir:
—Está bien, está bien, me voy, me voy. No te hagas daño, cálmate un poco.