La breve conversación de Yang Fan con Wang Zhaodi de repente le recordó sus años de adolescencia.
Sólo habían pasado tres años, pero parecía que había pasado mucho tiempo.
El tinte de la sociedad casi había hecho que Yang Fan olvidara el concepto del tiempo mismo.
En la secundaria, él también había tenido un amor platónico.
Era una chica alta con rasgos delicados, piel muy clara, una nariz respingona y cabello corto que le llegaba a las orejas.
Su sonrisa era encantadora, con dos pequeñas hoyuelos en las esquinas de su boca, y su voz tenía una ternura que podía derretir huesos.
En aquel entonces, él siempre creaba diversas oportunidades para interactuar con esa chica.
No fue hasta justo antes de la graduación que se atrevió a confesar sus sentimientos hacia ella.
Pero, como era de esperarse, no ganó el amor que estaba destinado para él.