—Fan Sisi parecía muy confiada en controlar las reacciones de su cuerpo, pero mientras Yang Fan la amasaba, su rostro se enrojeció aún más y una neblina de deseo confuso nubló sus ojos. Aun así, pretendía ser indiferente y miraba deliberadamente a su alrededor, tratando de probar que no sentía nada. Al verla así, el espíritu competitivo de Yang Fan se encendió. No podía creer que esta mujer no tuviera ni la más mínima reacción. Alternando entre un amasado suave y firme, sus dedos jugueteaban tiernamente con el Pequeño Grano de Miel, pellizcándolo y luego dibujando círculos, utilizando casi todas las técnicas de provocación que conocía. De repente, Fan Sisi se mordió el labio fuertemente y alcanzó su teléfono. Parecía que estaba tratando de distraerse. Pero mientras continuaban las caricias de Yang Fan, no pudo contener un gemido. Entonces, lanzó su teléfono con fuerza y se levantó abruptamente.