Yang Fan accedió a los términos de Fan Sisi.
Fan Sisi pensó que sería algo muy difícil para él, pero lo que no sabía era que Yang Fan tenía sus propios planes.
En su corazón, esto era algo bueno.
—Entonces vámonos —Fan Sisi agitó su mano majestuosamente y llevó a Yang Fan a su oficina-cum-dormitorio.
—Ustedes dos lo harán en mi cama, mientras que yo me esconderé en el armario. Solo asegúrense de no exponer mi presencia. Si me sacan a rastras, nuestra relación como compañeros de cama también llega a su fin —dijo ella.
Yang Fan se sentó en el sofá, encendió un cigarrillo y preguntó con tono burlón —¿Y si no te escondes bien y te descubren? Eso no es mi problema, ¿verdad?