—La intención original de Yang Fan era solo desahogarse humillándola intencionalmente a cambio —dijo él sin rodeos—. Pero no esperaba que cuando el precio llegó a diez mil yuanes, esta chica vestida con poca ropa aceptara sin dudarlo.
Esto, sin embargo, puso a Yang Fan en una situación difícil.
—Diez mil yuanes, si excluía el encargo del Viejo Zhou, le llevaría mucho tiempo ganar diez mil...
—Es verdad, ¡pero aun así no creo que valgas tanto! —Yang Fan cambió de opinión y negó con la cabeza.
—La mujer examinó de arriba abajo a Yang Fan, luego de repente resopló fuerte y gritó:
— ¿¡Me estás tomando el pelo!?
—Yang Fan asintió:
— Ahora puedes pensarlo de esa manera.
—Bien, ¡realmente eres algo! —exclamó la mujer entre dientes apretados.
—Yang Fan la observaba con calma:
— Cinco mil es mi límite.
—La mujer miró a Yang Fan con furia y se burló:
— Está bien, entonces solo espera a que tu reputación se arruine.