Después de una discusión unánime entre Yang Fan, Diwu Ming y Guan Ping, decidieron dejar ese asunto agradable en pausa y apresurarse a manejar el problema.
En realidad, esta decisión fue tremendamente dolorosa para Yang Fan.
Los pantalones ajustados de Guan Ping apenas se habían deslizado hasta sus rodillas, y él solo había vislumbrado la belleza de su "valle dorado" sin siquiera probar su salinidad, mucho menos entender su sabor interno.
Pero con Zhao Wu en problemas, ¿cómo podía Yang Fan quedarse de brazos cruzados?
Por suerte, solo era una pausa, no un abrupto final del episodio.
De lo contrario, Yang Fan seguramente habría tosido tres litros de sangre.
Los tres se acomodaron la ropa y se apresuraron hacia el lugar del disturbio.
Era la habitación privada de Zhao Wu.
Cuando llegaron, había bastante gente, hombres y mujeres apretados juntos.
¡El Viejo Zhou ya estaba allí!
—Viejo Zhou, ¿qué está pasando? —preguntó Yang Fan ansiosamente.