La precaución de Yang Fan no fue superflua; esta vez, su intuición y cuidado realmente salvaron su vida y la de Zhang Yulan.
Si hubieran sido descuidados hace un momento y no hubieran notado esa escena, los dos definitivamente habrían quedado atrapados en la habitación por esas personas.
Yang Fan vigilaba atentamente el exterior, prestando mucha atención a los movimientos de esos individuos enmascarados.
Ahora sospechaba seriamente que el coche estacionado en la carretera también era parte de su grupo.
En circunstancias normales, un grupo que cometiera violencia también necesitaría a alguien para vigilar en secreto y observar los alrededores.
Aparte de ese coche, que hasta ahora había permanecido inmóvil, Fanzi no vio otros vehículos ni personas alrededor, lo que hacía que pareciera probable que fuera un coche de vigilancia.
—Fanzi, esas personas han entrado. Vamos, vámonos —urgió Zhang Yulan en voz baja.
Yang Fan miró a su alrededor y dudó si arriesgarse.