Zhang Yulán había visto mucho más del mundo que Ye Tong y había interactuado con muchas más personas.
Esta inteligencia emocional, basada en sus amplias experiencias, combinada con su propia personalidad, le permitió llevar a Ye Tong por las narices con solo unas pocas palabras. Ye Tong quedó tan cautivada que se desorientó por completo, incapaz de distinguir izquierda de derecha o verdad de falsedad.
—Espera un momento, espera, yo... ¿por qué me siento tan confundida? —exclamó Ye Tong con ansiedad.
Se sentía desconcertada por Zhang Yulán y no estaba segura de qué hacer a continuación.
Zhang Yulán agarró las piernas pálidas y delicadas de Ye Tong.
—Cuñada, solo escúchame, mi consejo viene desde el fondo de mi corazón, es muy sincero. Con la situación actual en la que se encuentra Fanzi, nuestros futuros días están destinados a ser bulliciosos, ¿verdad?