No giró la cabeza, simplemente caminó hacia atrás, mientras las encantadoras hermanas se movían hacia Xiao Zheng como si estuvieran unidas por una conexión misteriosa, paso a paso rodeándolo.
—¿Hacer que mujeres luchen por ti en un duelo entre hombres, no te sientes avergonzado? —Xiao Zheng continuó provocando sus límites.
Su propósito era enfurecer a Lei Tianhu.
—Si puedes pasar la barrera de nuestra hermana depende de si tu vida es lo suficientemente resistente. —Las hermanas soltaron una risa escalofriante como la de campanillas de plata, siniestra en sonido, flanqueando a Xiao Zheng por la izquierda y la derecha, rodeándolo completamente.
—¿De verdad crees que estas dos pequeñas putas pueden detenerme? —Xiao Zheng sacudió la cabeza, sus ojos brillaban con travesura mientras miraba a Lei Tianhu y se burlaba. Habiendo dicho eso, su mirada se volvió fría.
Se movió rápidamente, cargando directamente hacia Lei Tianhu.