Hua Shanjiu estaba extremadamente enojado en su corazón, pero en tal momento, no se atrevía a estallar. Al ver que Xiao Zheng y los demás ya se dirigían al segundo piso, sólo podía seguir detrás, lleno de frustración.
Los jefes de Ciudad de Zhonghai y sus guardaespaldas, al ver a Hua Shanjiu, no pudieron evitar mostrar una pizca de diversión en las comisuras de sus bocas. Evidentemente, el comportamiento de Hua Shanjiu de hace un momento les parecía bastante cómico.
Esto sólo servía para irritar aún más a Hua Shanjiu.
—Espera, ya te llegará lo tuyo —Hua Shanjiu se juró a sí mismo internamente.
No pasó mucho tiempo antes de que todos llegaran al segundo piso. Xiao Zheng miró a su alrededor y rió entre dientes —¿Dónde debería sentarme?
Los jefes cercanos, al oír esta pregunta, tuvieron un brillo en sus ojos.
Estos jefes, como los élites de Ciudad de Zhonghai, eran todos astutos. Al escuchar la pregunta de Xiao Zheng, entendieron el significado detrás de sus palabras.