Al presenciar esta escena, toda la multitud estalló en aplausos, como una marea furiosa que casi arrancaba el techo, con la emoción y el frenesí distorsionando cada rostro.
Agitaban sus brazos como locos, gritando y chillando, algunas mujeres incluso se metían la mano bajo la blusa y lanzaban sus sujetadores hacia el vencedor.
Locura, caos.
La atmósfera había alcanzado su punto máximo.
Dentro del palco, no había aislamiento acústico, así que el rugido del exterior se colaba sin obstáculos, sumergiéndolos en esa vibra caótica.
Reclinado en el sofá, Luo Yusheng bebía un vaso de Bloody Mary carmesí y presentaba a Xiao Zheng y Long Qie —Esta es la característica distintiva de esta arena de boxeo. Cada pelea debe terminar en vida o muerte, violenta y sangrienta.