—Humph, no olviden, este es el bastión de nuestra Familia Ouyang, donde abundan los expertos como la lluvia. ¿Quieren matarnos? ¡Primero pasen por ellos! —Ouyang Zhen Tian, el hijo de Ouyang Yunhai, soltó una risa siniestra.
—Cogió una copa de vino de la mesa y la lanzó al suelo, donde se rompió en pedazos con un sonido nítido.
¡Boom! En el siguiente instante, dentro del gran salón, hubo un sonido explosivo repentino, seguido por veinte o treinta personas que salieron de la parte trasera, ¡todos empuñando subametralladoras en sus manos!
Las oscuras bocas de fuego, apuntando fríamente a Long Qie y a los Diez Asesinatos, y luego, al siguiente momento, estos hombres no dudaron en lo absoluto, ¡apretaron los gatillos! ¡Bang bang bang! En ese momento, el sonido del fuego de armas estalló como un trueno rápido, las balas rasgando el aire como una inundación torrencial, cayendo sobre Long Qie y los Diez Asesinatos.