Capítulo 374: La belleza también es un arma

—Preocupándote por nada, los jugadores coreanos ya están muertos de miedo, solo haz lo mejor que puedas —Xiao Zheng la consoló con una sonrisa gentil.

En los partidos siguientes, hubo victorias y derrotas en ambos lados. Debido a Guan Xiaobai, ambos equipos fueron sumamente competitivos, utilizando todos los medios posibles.

Finalmente, fue el turno de Chu Xiaoran para competir.

Se sentía nerviosa y buscó ayuda en Xiao Zheng.

—¿Qué hago, qué hago? Piensa en algo rápido.

—Hmm-ah —Xiao Zheng, sin vergüenza alguna, la abrazó y le dio un beso en la frente.

En ese instante, Chu Xiaoran, como un fuego artificial encendido, saltó de sus pies, apuntó al nariz de Xiao Zheng y lo regañó enojada:

—¡Cómo te atreves, sirviente! Aprovechándote otra vez, ¡qué sinvergüenza!