En el estudio.
Leng Ruobing estaba sentada perezosamente, hojeando libros de gestión sin rastro de expresión.
Xiao Zheng se acercó a ella por detrás, susurrándole al oído con agravio fingido —Esposa, realmente estás siendo injusta.
—Hmph —Leng Ruobing levantó su exquisita cabeza, mirando hacia atrás hacia él y dijo con frialdad—. Ah Zheng, ¿de verdad eres estúpido o solo te haces?
—¿A qué te refieres? —Xiao Zheng, mentalmente cortocircuitado, estaba un poco confundido.
—Nuestra relación es la de marido y mujer por contrato, y no podemos dejar que Xiao Ran se entere. Ya que te estoy enviando, por supuesto te reembolsaré los gastos. La actuación en la mesa del comedor fue solo para aparentar; ¡no esperaba que fueras tan sin espinazo! —Leng Ruobing rizó el labio, despectivamente.
Xiao Zheng: "..."
Maldita sea, está jugando conmigo...
...
Tres días después, en la oficina del departamento de ventas.
Una figura hermosa paseaba de un lado a otro, luciendo inquieta y ansiosa.