—Woof...
—Hm?
Xiao Zheng se volvió, su mirada fija. Ante él estaba un enorme Snow Mastiff, casi un metro de altura, como el rey de las tierras altas, con una cruel intención asesina en sus ojos.
—¡Ah!
—¿Esto todavía es un perro? ¡Qué miedo!
Leng Ruobing y Chu Xiaoran gritaron alarmadas, buscando la protección de Xiao Zheng, temblando completamente.
Xiao Zheng se levantó y observó al Snow Mastiff parecido a un tigre. Un destello de confusión cruzó sus ojos. ¿Era Laozi tan desvergonzado que hasta los perros no podían soportarlo?
—¡Lárgate, maldito perro!
—Woof...
El Snow Mastiff parecía terriblemente insultado y se lanzó hacia Xiao Zheng con furia asesina. Saltó al aire, mostrando sus garras desnudas, revelando sus afilados colmillos blancos.
—Maldita sea, ¡perro irrespetuoso!
—¡Bang!
—¡Gimoteo!