—Tú...
Xiao Zheng se enfureció.
Pero el Sr. Liu solo se burló:
—Te daré diez segundos para pensar.
Entonces su expresión se volvió glacial mientras comenzaba a contar.
—Diez...
—Nueve...
—Ocho...
Xiao Zheng apretó sus puños con fuerza, sus ojos irradiaban una locura asesina.
¡El Sr. Liu era verdaderamente despreciable, usando tal método para enfrentarse a él!
Sin embargo, tenía que admitir que efectivamente había encontrado el punto débil de Xiao Zheng.
Mientras el Sr. Liu continuaba pronunciando cada número, Xiao Zheng sabía que, dada la personalidad del Sr. Liu, una vez que terminara de contar, tomaría acción letal.
Y ahora, no tenía idea de dónde estaba Leng Ruobing; aun si quisiera salvarla, no podría, y solo podía observar impotente cómo todo se desarrollaba.
—Tres...
—Dos...
El Sr. Liu continuó la cuenta regresiva. Cuando llegó a —dos —levantó un dedo y miró a Xiao Zheng con una sonrisa:
—Ya no tienes tiempo para pensarlo, ¿eh?