El coche aceleraba por la carretera, como una espada afilada cortando el aire, avanzando velozmente por la autopista. Sin embargo, el ambiente dentro del coche era algo silencioso.
Xiao Zheng frunció el ceño profundamente, perdido en sus pensamientos.
Esta vez, había caído.
Había conseguido el Hueso Dorado, pero había perdido a Long Qie y Titan.
Necesitaba encontrar una manera de rescatar a estos dos ilesos.
Xiao Zheng no entendía a la Angela actual, después de todo, habían pasado tantos años desde su último encuentro. Era incierto si esta mujer podría convertir el amor en odio, si guardaría rencor contra él, Xiao Zheng, o contra la Red del Cielo.
Si ese fuera el caso, sería peligroso para Long Qie y Titan caer en manos de Angela.
«Hum, si mis dos hermanos sufren algún daño, ¡me aseguraré de que lo pagues!»
Los ojos de Xiao Zheng eran fríos y duros.