La frente de Xiao Zheng se frunció profundamente. En efecto, su suposición había sido correcta; este Matadragones era alguien que había ocultado su identidad, extremadamente misterioso. De lo contrario, ¿cómo podría alguien convertirse en enemigo de un experto como la Espada Malvada Dugu si fuera un don nadie? Como Maestro de Artes Marciales, Xiao Zheng conocía bien la historia de las artes marciales y ciertamente habría oído hablar de él. Y dado que no tenía recuerdos de este nombre, demostraba que Matadragones era realmente muy reservado.
—Está bien, mantente al tanto de este asunto, pero no te apresures. Tan pronto como obtengas cualquier información relacionada con Matadragones, infórmame inmediatamente —Xiao Zheng instruyó.
—Sí —respondió el departamento de inteligencia.