Los líderes de estas fuerzas menores se sentaron en sus asientos, esperando a que Yun Feiyang apareciera. Sin embargo, después de una larga espera, Yun Feiyang aún no había aparecido, y todos estaban volviéndose impacientes. No obstante, ninguno se atrevió a mostrar el más mínimo indicio de impaciencia en sus rostros; al fin y al cabo, Yun Feiyang era el séptimo discípulo clasificado de la Secta Huashan y estaba completamente fuera de su liga para provocar con su estatus.
Media hora después, desde lo más profundo del salón, Yun Feiyang finalmente abrió una puerta y salió, dirigiéndose directamente al asiento de honor para sentarse.
En el momento de su llegada, todos los líderes se levantaron inmediatamente de sus asientos, esperando con mucho respeto a que Yun Feiyang se acercara.
Después de que Yun Feiyang se sentó y vio que todos seguían de pie, sonrió y dijo:
—Por favor, tomen asiento todos.
Sólo entonces la multitud se atrevió a sentarse.
Yun Feiyang dijo: