Sebastián guió instintivamente a Scarlett Jennings hacia adelante, el fotógrafo que los seguía de cerca.
Los dos que acababan de entrar a la puerta aún no habían reaccionado, y en el momento en que vieron la cámara, sus caras parecieron destellar con pánico. Instintivamente, se cubrieron las caras e intentaron esconderse.
—Eh, ¿qué está pasando? ¿Escondiéndose de la cámara? —comentó alguien en la transmisión en vivo.
—Ya entiendo, a algunas personas no les gusta enfrentarse a las cámaras. Instintivamente esquivan hasta esas entrevistas callejeras —añadió otro.
—Ah, yo soy igual. No preguntes. Si lo haces, es por ansiedad social —terció otro usuario.
—Esto es perfectamente normal —concluyeron varios.
Los espectadores en la transmisión en vivo fueron muy comprensivos y Sebastián asumió que a los dos no les gustaba la cámara tampoco. Pero, por el bien de la tarea del programa, apretó el gatillo y se adelantó para hablar.