En ese momento, un escalofrío recorrió la espina dorsal de todos.
Se extendió desde sus pies hasta la parte trasera de sus cuellos.
Los espectadores frente a sus pantallas sintieron la misma extraña sensación también.
—Espera, espera, espera... ¿No es esa la Pulsera Dorada que se manejó ayer? ¿No la desechó Scarlett Jennings? —comentaron algunos.
—Debo haberme levantado del lado equivocado de la cama, mis ojos todavía deben estar mal. Parece que la pulsera que se rompió ayer ha vuelto... —dijo otro, incrédulo.
—Claramente esta no es la de ayer; ¡la de ayer estaba rota! —afirmó otro espectador.
—¿Por qué hay otra? ¿Y por qué está en la cama de mi chica?! —exclamó alguien más, confundido.
—Esto da tanto miedo, siento que estamos siendo perseguidos. ¡Ahhh, mamá! —gritó un usuario en las redes.
—Esto es demasiado espeluznante. Instantáneamente me olvidé de haber visto a Momo Ross sin maquillaje. —comentó otro tratando de aligerar la situación.