—Recuerda —advirtió Yang mientras los asistentes seleccionaban contra qué Merodeador de Piedra se enfrentarían—, son criaturas de emboscada. No dejes que su pasividad aparente te engañe hasta el final.
El equipo entró en la zona designada, sus pasos resonando en el repentino silencio que había caído sobre el campo de entrenamiento.
Los estudiantes se adelantaron para observar, ansiosos por aprender tanto del éxito como del fracaso.
El Merodeador de Piedra elegido fue liberado, fundiéndose inmediatamente con su entorno como si fuera otra roca más.
—¡Comiencen!
Han tomó la iniciativa, los patrones hexagonales de su araña ondeando a través de su piel mientras avanzaba con su lanza preparada. Sora lo siguió de cerca con su escudo. Jun cubrió el flanco, los marcadores de su mono cambiando nerviosamente mientras sostenía su espada.