Algunos estudiantes se rieron, más por costumbre que por malicia real. Otros observaban con interés apenas disimulado. La apuesta entre Ren y Wei era conocida por todos.
Luna, desde su lugar junto a la ventana, dejó de fingir que leía su libro. Sus ojos seguían cada movimiento mientras Ren y Taro se sentaban en la primera fila. Su lobo sombrío se manifestó ligeramente, como si sintiera algo importante.
—¿De verdad va a intentarlo? —uno de sus primos susurró al otro. —El mana de Taro se ve diferente, ¿crees...?
—Shh, silencio —Luna interrumpió, aunque sus propios ojos brillaban de anticipación.
Harold, el nuevo estudiante, observaba todo con intensidad estudiada. Sus ojos se movían entre Klein y Ren, evaluando, midiendo, guardando cada detalle.
—Solo espera a que Wei lo eche —comentó Kai a Cass, sus escamas verdes centelleando de diversión. —Debe estar realmente preocupado por perder su matrícula ahora que se acerca el final del semestre.