—Tendrán que tener mucho cuidado —Larissa susurró— de no decirle a nadie que ahora las tres somos domadoras dobles.
Luna frunció el ceño. —¿De qué estás hablando? No somos...
Un tenue resplandor envolvió de repente a las dos chicas, tan breve que podría haberse confundido con un parpadeo de las lámparas.
Larissa se cubrió la boca en fingida sorpresa mientras sus primas la miraban con ojos enormes, comprendiendo de repente.
—Oh —Larissa sonrió detrás de su mano—. Parece que todas somos iguales.
—Tú... —Liora miró su taza vacía—. La bebida...
—¿Acabas de...? —Luna parecía no encontrar palabras.
—¿Darles pociones? —Larissa completó alegremente—. Por supuesto. Después de todo, somos familia.
—Pero... —Liora susurró—, mi padre quería...
—Pero tu abuela seguramente estará encantada —Larissa aseguró—. Los Ashenways apoyan a las domadoras dobles, ¿verdad?
—No entiendes... mi abuela era...
Luna no lo estaba llevando mejor.