Isaac estudió el probóscide y el líquido de ninfa con nuevo aprecio. —¿Esto neutralizaría el ácido interno? Enfoque interesante. Podríamos crear un mecanismo de inyección con el contenedor... Pero aún creo que no funcionará.
—¿Por qué dices eso? —preguntó Ren, sus hongos pulsando con curiosidad.
—Alguien del gremio de artesanos logró extraer el ácido una vez... pero la boca del monstruo todavía era apenas resistente, solo un poco menos que una espada común y el método es costoso —explicó Isaac, pasando un dedo calloso por el borde del probóscide.
Ren sonrió, sus ojos iluminándose. —No se trata solo de extraerlo, se trata de transformarlo. La estructura hueca y porosa no es muy resistente por sí sola, el asesino profundo usa el líquido como soporte y micro-vibraciones... es decir, movimientos rápidos y pequeños para enterrar su probóscide en la roca y a través de las corazas quitinosas de su presa.