—Es... —Min comenzó, claramente buscando palabras.
—¿Un renacuajo glorificado? —Liu sugirió, sin poder contener una sonrisa burlona.
—Es perfecto —Min corrigió, maravillándose con la criatura—. Mi anfibio invisible. Bueno, casi invisible.
El ser translúcido se movía por el aire con fluida gracia. Su pequeño cuerpo atrapaba la luz ocasionalmente, revelando destellos de intrincadas estructuras internas.
—Todavía está en la fase inicial —Ren explicó—. A medida que evoluciona, su capacidad de invisibilidad mejorará. Por ahora, es más bien translúcido.
Taro se inclinó para observar más de cerca. —Es bastante... pequeño. —Entrecerró los ojos, siguiendo los movimientos de la criatura con un escepticismo fascinado.
—Eso también cambiará —Ren aseguró. Sus hongos palpitaban confiados, como si compartieran un secreto que solo ellos sabían sobre el potencial de la criatura.