El día siguiente...
La siguiente ronda de combate comenzaría en treinta minutos. Los tres amigos intercambiaron miradas mientras se preparaban mentalmente para el desafío que les esperaba.
—¿Estás seguro de que no necesitamos repasar el plan para el equipo de Héctor? —preguntó Taro, su voz adoptando ese tono serio que solo surgía cuando hablaban de estrategias.
Ren comenzó a caminar hacia la arena, con sus amigos flanqueándolo por ambos lados.
—El minotauro de Héctor tiene una fuerza bruta considerable, pero carece de precisión y armas —explicó, con la mirada hacia adelante—. El centauro de Vern es rápido pero predecible en sus patrones de ataque. Y el caballo de tres cuernos de Rosalind...
—Eso es un problema —interrumpió Min—. Las tres criaturas son de Nivel 2, bastante grandes. Nos superan en fuerza bruta si solo contamos con el Túnel Viviente de Taro.
—Pero no en adaptabilidad —sonrió Ren—. Héctor y sus amigos pueden tener grandes bestias. Pero nosotros...