Algún tiempo antes...
El pequeño pájaro que Wei había soltado batía sus alas tan rápido como podía, llevando el mensaje cifrado por el cielo. Sus plumas se mezclaban con el cielo nublado, pero no lo suficiente como para engañar a los ojos entrenados que observaban la frontera.
—¡Intercepción! —gritó un guardia desde una torre de vigilancia, señalando al cielo con urgencia—. ¡Pájaro mensajero, sector siete!
Un águila plateada de cuatro alas se elevó inmediatamente. Sus garras atraparon al pequeño mensajero con perfecta precisión, los sentidos mejorados del depredador hacían imposible la fuga.
El pájaro capturado luchó solo por un momento antes de resignarse a su destino, sus pequeños ojos negros brillaban con una inteligencia que parecía inquietantemente humana.