Kharzan sabía que atacar indirectamente era arriesgado.
Si Sirius lograba derribar demasiados monstruos antes de caer o escapar, la capacidad de daño de sus soldados caería dramáticamente, quizás por días. Aún más cuando las bestias generalmente eran más torpes si no recibían órdenes directas dentro de su domador.
Pero consideraba que siendo tantos contra uno solo, Sirius seguramente tendría que retirarse y finalmente permitir el avance.
«Veamos si tu presumido poder individual puede manejar números abrumadores», pensó mientras sus bestias comenzaban su avance hacia donde Sirius se preparaba para otro bombardeo.
El aire se llenó de rugidos, silbidos y otros variados sonidos de enormes bestias moviéndose hacia la batalla. Era una táctica rara vez utilizada y mal vista en la confrontación militar... Pero enfrentar un ejército con una sola persona tampoco era exactamente común.