—No quisiera acusarlos sin razón, pero viendo que Jun Qing sigue vivo, esa parece ser la única posibilidad. Eso responde cómo Jun Wu Xie logró producir pastillas de Rocío de Jade, ¡y la recuperación del Príncipe Heredero después de que se acercaran! Me preocupa por ti, ¡Padre! —exclamó Mo Yuan Fei, su cabeza golpeaba fuertemente contra el suelo, postrándose en sumisión.
El Emperador reflexionó, mirando a Mo Xuan Fei.
—¿Cómo están las cosas entre tú y Bai Yun Xian? —preguntó el Emperador.
Mo Xuan Fei respondió apresuradamente:
—Ella se ha conmovido por mí, y estaba bajo mi control, hasta que el episodio con Jun Wu Xie en la Residencia del Príncipe Heredero la hizo enfurruñarse, y ha estado bastante fría.
Ya siempre era distante, y ahora me da la espalda.
El Emperador frunció el ceño.
Mo Xuan Fei persistió:
—¡Padre! El Príncipe Heredero y el Palacio Lin han estado en contacto frecuente, conspirando, si se conociera la verdad de ese asunto...
—¡BASTA! —El Emperador golpeó los pergaminos sobre la mesa, las cejas retorcidas en ira—. De estos asuntos me encargaré yo. ¿Cómo van las investigaciones sobre la corrupción del Oficial Lin y las adquisiciones forzadas de casas?
El Emperador cambió rápidamente de tema.
Mo Xuan Fei se quedó inmóvil durante mucho tiempo, sin saber qué decir sobre la repentina pregunta que le lanzaron con respecto al Oficial Lin.
El Oficial Lin originalmente era un oficial que guardaba una ciudad en las fronteras. Había notado movimientos inusuales en la zona y prontamente reportó la inteligencia al entonces Comandante en Jefe, Jun Gu, y el ejército ganó una victoria resonante. Esto le valió el elogio del Emperador y fue promovido de oficial de guardia fronteriza a Oficial en la ciudad.
El nombre completo del Oficial Lin era Lin Yue Yang, un hombre honesto y directo, que se adhería a sus principios. Incluso después de muchos años en la Ciudad Imperial, mantenía un perfil bajo. Aunque fue debido a su informe oportuno a Jun Gu lo que le ganó la promoción, no aduló ni inició contacto alguno con el Palacio Lin. Incluso cuando Jun Gu fue asesinado en batalla, envió a un representante para presentar sus últimos respetos y no apareció en persona.
Lin Yue Yang no era un oficial de alto rango, y no estaba corrompido, pero sus principios rectos habían incomodado a bastantes en la Ciudad Imperial.
—He ordenado investigaciones al respecto, pero con la naturaleza reservada de Lin Yue Yang, y su prudencia en todo lo que hace, todavía no he descubierto suficiente evidencia —Mo Yuan Fei explicó apresuradamente.
—Imbécil —El Emperador se burló, con los ojos cerrados en contemplación antes de continuar—. Xuan Fei, aún eres joven. En este mundo, existen acusaciones infundadas, que no requieren mucha evidencia.
Mo Xuan Fei se sobresaltó, alzó la vista y vio la mirada siniestra en los ojos del Emperador.
—Lin Yue Yang fue merecedor de la benevolencia real gracias a la Familia Jun, y salvó la vida de Jun Gu una vez. Si se le acusa de traicionar la benevolencia real y se le imputa la supresión de los plebeyos en la Ciudad Imperial, ¡el Palacio Lin seguramente tomará medidas por un hombre tan estrechamente vinculado! —Los labios del Emperador se curvaron, los ojos como los de una serpiente venenosa oculta en lo profundo de los bosques.
Mo Yuan Fei luchó por entender antes de que le cayera el veinte. Una sonrisa vil se formó en su rostro, con la cabeza en el suelo, arrodillado, inclinado en aquiescencia.
—He aprendido mucho hoy, ¡arrestaré a Lin Yue Yang en este instante!
—¡Espera! —dijo el Emperador levantando ligeramente la mano—. Lin Yue Yang es altamente hábil, los guardias ordinarios no son rival para él. Si escapa del arresto, tendrás que cuidarte las espaldas, no hay necesidad de exponerte al peligro —El Emperador señaló.
La vil sonrisa de Mo Xuan Fei se amplió.
—¡Gracias por señalar eso!
Jun Wu Xie, esta vez, ¡No tienes salida! ¡Te atraparé!