Jun Xian respiró hondo, percibiendo el panorama completo, y se asombró ante los planes tan meticulosamente trazados por Jun Wu Xie.
—¿Qué edad tenía ella? —Era aterrador, aunque esta fuese su propia nieta.
La pequeña niña que se mantenía recluida en casa, era mucho más decisiva y capaz que muchos hombres que conocía, ¿qué tan profunda era esta chica?
Jun Wu Xie no mató con sus propias manos, pero sus órdenes causaron un mar de sangre en la Ciudad Imperial.
No solo Jun Xian, tanto Jun Qing como Mo Qian Yuan estaban impactados por el control que Jun Wu Xie tenía sobre todo lo que sucedía.
Mo Qian Yuan miraba a Jun Wu Xie con asombro, sintiendo un profundo alivio.
Afortunadamente para él, se había aliado con Jun Wu Xie. De lo contrario, habría muerto bajo sus manos tarde o temprano.
—Tú... querías que estuviera aquí, no solo para escuchar todo esto, sino para protegerme. ¿Estoy en lo cierto? —Mo Qian Yuan se dio cuenta de repente.