Después de eso, Jun Wu Yao se levantó abruptamente y su alta estatura se inclinó hacia ella, su rostro apuesto a tan solo un suspiro de distancia.
—Ven, dime si puedes olerlo.
Sus acciones fueron tan repentinas pero tan naturales como el cerrar la distancia entre ellos. Jun Wu Xie fue tomada completamente por sorpresa, al descender sobre ella su aroma masculino no hubo hedor a sangre y sudor, solo un refrescante aroma masculino la recibió.
—Tú... sal primero —Jun Wu Xie inclinó inconscientemente su rostro al sentir que sus mejillas se sonrojaban, vagamente sintió que algo de esa escena no estaba bien.
—¿Por qué? Ya me he lavado a fondo, ¿verdad? —Jun Wu Yao le sonrió, sin la más mínima intención de irse mientras la interrogaba con su voz enigmática.
Jun Wu Xie frunció el ceño.