Para provocar (1)

No obstante, Jun Wu Yao no la dejaba ir. Sonrió y apretó más el agarre en su brazo.

—¿Qué tan insensible quieres deshacerte de mí justo después de usar mi ayuda? —Dejó al pequeño gato negro sobre la mesa y levantó a Jun Wu Xie del suelo.

—¿Qué estás haciendo? —Jun Wu Xie lo miró fijamente, al bello rostro sonriente.

—Cuando alguien está herido, necesita aplicarse medicación. —Jun Wu Yao miró las heridas que el pequeño gato negro había infligido en los brazos de Jun Wu Xie.

—No es necesario.

—Sí lo es. —Jun Wu Yao persuadió a la figura en sus brazos, aún sonriendo.

—... —De todos modos, no iba a escuchar nada de lo que ella dijera.

Viendo que Jun Wu Xie había dejado de resistirse, Jun Wu Yao felizmente la llevó y la sentó en la cama. Sacó una pequeña caja de madera de debajo de la cama y extrajo un frasco de crema.

Una suave fragancia se desprendió de la crema blanca pálida al abrirse y Jun Wu Yao subió sus mangas y aplicó delicadamente la crema sobre los cortes y heridas.