Jun Wu Xie miró fríamente al espectáculo que se desarrollaba ante sus ojos. Ese Li Zi Mu sabía realmente actuar. Externamente, siempre parecía estar tratando de suavizar las cosas, pero cada declaración que hacía en realidad condenaba aún más a Jun Wu Xie.
Sus frases a menudo estaban salpicadas de palabras como Jun Xie «robando» y «arrebatar» su bien merecido puesto en la facultad de Sanador Espiritual.
Persuadir de tal manera no tendría otro efecto que difamar aún más a Jun Xie y además colgarle un halo a Li Zi Mu por ser tan magnánimo.
En ese momento, Jun Xie estaba rodeada por todos lados por los jóvenes y los mayores en el comedor estaban solo observando para ver cómo se desarrollaba el espectáculo. Ninguna persona entre ellos estaba dispuesta a dar un paso adelante para hablar en nombre de Jun Wu Xie.
Ya sea que la verdad fuera como el grupo de jóvenes afirmara o no, no importaba un ápice a todos los otros discípulos allí.