Dead man's Punchline
Hydra, 1888
El aire estaba impregnado de un aroma desconocido, una mezcla de pólvora, tabaco y un leve toque de podredumbre oculta bajo la fachada de una ciudad vibrante. Las luces de gas iluminaban las calles adoquinadas, donde el bullicio de la vida nocturna se mezclaba con susurros en callejones oscuros.
Sazasuka: "Guau… qué lugar tan hermoso."
Lapis: "Así es… espera… ¿cómo llegamos aquí?"
Sazasuka: "El poder del guion." [Sonríe y mira directamente a la cámara.]
Sazasuka: "¿Verdad, espectadores?"
Lapis parpadeó, claramente acostumbrada a su locura pero aún así desconcertada.
Lapis: "Y… ¿cuánto tiempo nos vamos a quedar aquí?"
Sazasuka: "Mmm… una semana está bien."
Lapis: "¡Sí, perfecto! Hay que visitar los mejores lugares."
Sazasuka: "Tienes toda la razón. Hay que divertirnos primero… y luego empezamos con el plan."
Lapis frunció el ceño, sintiendo un escalofrío en su espalda.
Lapis: "Ehh… pero… no tenemos dinero para visitar los lugares."
Sazasuka: "No te preocupes. Las monedas de aquí y las de mi universo son iguales. Problema resuelto."
Lapis: "¿En serio? Entonces… ¡en marcha!"
Sazasuka: "Muy bien."
Horas después…
Las luces del circo parpadeaban en la distancia, una carpa roja y blanca contrastando con la negrura del cielo nocturno.
Lapis: "¡Vamos a ver ese circo!"
Sazasuka: "Está bien, vamos."
Más tarde, los dos caminaban por las calles de Hydra con la brisa nocturna acariciando sus rostros.
Lapis: "¡Vamos a comer en ese restaurante!"
Sazasuka: "Sí, ya hace falta comer. Vamos."
[Horas después]
La ciudad estaba en calma. Los ruidos de la noche se habían reducido a un murmullo distante. Calles casi vacías, faroles titilando como si el mismísimo viento dudara de su existencia.
Sazasuka: "Eso fue divertido, ¿verdad, Lapis?"
Lapis: "Sí… mañana sigamos divirtiéndonos."
Sazasuka: "Hay muchos lugares por visitar… y lo bueno es que tenemos tiempo."
Una leve sonrisa se dibujó en sus labios, pero su mirada decía otra cosa. Lapis lo notó. Sabía que la diversión solo era un preámbulo… que este viaje tenía otro propósito. Y cuando llegara el momento, la sangre correría como un río sin fin.
Fin del capítulo.