Prueba de Habilidades, Una Vez Más
El rostro de Jing Yan se oscureció instantáneamente. Simplemente no pudo evitarlo.
Solía tener un dominio completo de la Triple Ola del Congelamiento Lunar, un sistema marcial de Grado Medio de técnicas con espada. En ese entonces, pensaba que este conjunto de habilidades era casi perfecto. Apenas podía detectar algún defecto.
Pero ahora, después de examinarlo con el Arco del Cielo, descubrió que al igual que la Postura del Viento Otoñal y las Hojas que Caen, había al menos diez imperfecciones diferentes en este sistema marcial.
Le tomó un segundo a Jing Yan terminar de analizar la Triple Ola del Congelamiento Lunar y concluir que el sistema tenía 13 defectos.
«Después de que la habilidad sea refinada y todos los defectos sean corregidos, ¿cuánto más fuerte se volverá este sistema marcial?». Una vez que aceptó la situación, Jing Yan sintió una creciente sensación de anticipación.
La Postura del Viento Otoñal y las Hojas que Caen se había vuelto mucho más fuerte después de que la refinó con el Arco del Cielo. De lo contrario, no habría sido posible para él matar a tantas Bestias Espirituales en las Montañas Blackrock. Esa única habilidad había contribuido significativamente a su exitosa cacería.
¡Swoosh!
Jing Yan comenzó a refinar la Triple Ola del Congelamiento Lunar.
Aunque había detectado los defectos inmediatamente, arreglarlos no era tan fácil. Si no hubiera sido por el Arco del Cielo, habría sido muy desafiante corregir los defectos con las habilidades actuales de Jing Yan, incluso si sabía que existían. Si se hubiera concentrado únicamente en esa tarea, podría haber arreglado un par de ellos, pero le habría tomado varios años.
Lo cierto es que cada sistema marcial que conocía había sido refinado por numerosos guerreros, incluyendo algunos súper poderosos. Como resultado, era bastante difícil detectar defectos incluso en un sistema marcial de grado bajo.
«¿Qué? ¿Cuesta tanto Qi Vital corregir las imperfecciones?»
Después del tiempo de una taza de té, Jing Yan frunció el ceño.
Con la ayuda del Arco del Cielo, Jing Yan no tenía problemas con los aspectos técnicos de corregir los defectos de la Triple Ola del Congelamiento Lunar. Pero notó que estaba consumiendo una cantidad masiva de Qi Vital para hacerlo.
Cuando refinó la Postura del Viento Otoñal y las Hojas que Caen, había notado que también necesitaba Qi Vital para la tarea, pero como era un sistema marcial de grado bajo, no había requerido mucho Qi Vital para arreglarlo. El Qi Vital dentro del propio cuerpo de Jing Yan había sido más que suficiente.
—¡Piedras Espirituales!
Casi sin dudarlo, Jing Yan sacó las Piedras Espirituales y comenzó a absorberlas. Una tras otra, las Piedras Espirituales se convirtieron en polvo fino mientras Jing Yan drenaba su Qi Vital.
Al mismo tiempo, los defectos en la Triple Ola del Congelamiento Lunar se corregían uno por uno.
Pasaron siete días.
—¡Phew! —Jing Yan dejó escapar un largo suspiro, con los ojos brillando de emoción.
—El refinamiento finalmente está completo. Ahora, la Triple Ola del Congelamiento Lunar debería ser perfecta —una sonrisa floreció en el rostro de Jing Yan.
Sin embargo, cuando miró las cenizas de las Piedras Espirituales en el suelo, su sonrisa se volvió un poco amarga.
Al refinar la Triple Ola del Congelamiento Lunar, había consumido más de 200 Piedras Espirituales. Ese número era bastante alarmante.
Si el refinamiento de un solo sistema marcial de Grado Medio costaba tanto, ¿cuántas Piedras Espirituales necesitaría para refinar un sistema de Grado Superior o incluso uno Supremo?
Jing Yan sacudió la cabeza impotente. Realmente no tenía opción. Sin importar cuánto le costara, tenía que seguir refinando.
—Afortunadamente, mientras absorbía el Qi Vital de las Piedras Espirituales para arreglar los vacíos de la Triple Ola del Congelamiento Lunar, mi propia fuerza también creció mucho —dijo Jing Yan, intentando consolarse.
Antes de refinar la Triple Ola del Congelamiento Lunar, el rango de Jing Yan acababa de alcanzar el Sexto Cielo. Ahora que la habilidad estaba refinada, Jing Yan se acercaba al pico del Sexto Cielo. Ahora tenía un pie dentro de la puerta del Séptimo Cielo.
Un guerrero del Sexto Cielo todavía era de rango medio, pero una vez que alcanzaban el Séptimo Cielo, un guerrero sería considerado de alto rango. La brecha entre estos dos era inmensurablemente enorme e increíblemente difícil de superar.
Por ejemplo, si la diferencia entre guerreros en el Quinto Cielo y el Sexto Cielo era como un pequeño arroyo, entonces la diferencia entre guerreros en el Sexto Cielo y el Séptimo Cielo era un gran río.
—¡Hoy es, nuevamente, el día de la prueba mensual de habilidades para los discípulos de la familia!
—¡Voy a intentarlo!
Jing Yan dejó de lado el pensamiento de consumir más Piedras Espirituales y sonrió. Luego salió de su patio, dirigiéndose al Estadio de Artes Marciales.
El mismo día de cada mes, el Estadio de Artes Marciales del Clan Jing recibiría una gran multitud de discípulos de la familia. Al pasar la prueba de habilidades, esos guerreros recibirían recompensas según su rango.
Para los discípulos de la familia en rangos inferiores, pasar la prueba de habilidades era una forma importante de obtener Piedras Espirituales. Aparte de eso, aventurarse en las Montañas Blackrock era prácticamente su única opción, lo que significaba que podrían perder la vida en cualquier momento. Tales viajes eran generalmente demasiado peligrosos para los discípulos de menor rango del Clan Jing. Incluso si se atrevían a arriesgarse al viaje, no irían más allá de las faldas de las montañas.
Jing Yan ciertamente no venía a la prueba de habilidades por la recompensa de Piedras Espirituales. Ahora que estaba en el Sexto Cielo, la prueba le daría 20 Piedras Espirituales. En este momento, apenas 20 Piedras Espirituales no eran nada para él. La razón por la que se presentó a la prueba era para actuar frente a los otros discípulos.
Entre ellos, varios imbéciles se habían estado burlando de Jing Yan por su rango constantemente en descenso. Esta vez planeaba callarlos mostrando su fuerza.
Una vez que entró en el Estadio de Artes Marciales, Jing Yan dirigió su mirada al cristal de prueba. Las comisuras de su boca se elevaron ligeramente.
—¡Miren, Jing Yan ha venido para la prueba de habilidades otra vez!
—¡No me digas! También vino a la prueba el mes pasado. Yo estaba allí cuando tomó la prueba. Jaja, su rango era el Tercer Cielo. Incluso yo soy mejor que eso —dijo un discípulo del Cuarto Cielo bajo y delgado, sonriendo.
—¿Cómo tiene el descaro de presentarse?
—Ay, puso tal vergonzosa exhibición por apenas dos Piedras Espirituales, ¿no?
—Creo que el espíritu del antiguo Patriarca debe estar revolviéndose en su tumba.
Cuando los discípulos del Clan Jing en el estadio vieron a Jing Yan, muchos comenzaron a murmurar sarcásticamente sobre él.
Algunos incluso asumieron que el rango de Jing Yan podría haber caído ya al Segundo Cielo este mes.
Jing Yan sonrió fríamente cuando escuchó sus crueles comentarios. Sin embargo, no dijo nada. En su lugar, eligió un lugar al azar y se quedó quieto, esperando que el Anciano que dirigía la prueba llamara su nombre.
Callaría las bocas de todos esos idiotas con su fuerza.
Jing Yan decidió que después de la prueba de hoy, inmediatamente regresaría a su habitación y se prepararía para usar el Cristal del Alma para romper el Sexto Cielo y alcanzar el Séptimo Cielo.
Para el momento de la prueba de habilidades del próximo mes, la pasaría como un Guerrero de Alto Rango.
Mientras Jing Yan se relajaba, con los ojos entrecerrados, de repente escuchó una voz despectiva que lo llamaba desde atrás.
—Jing Yan, ¡realmente eres asombrosamente desvergonzado!
Jing Yan frunció ligeramente el ceño mientras miraba por encima de su hombro.
Era Jing Lucheng, quien tenía el rango del Séptimo Cielo.
Jing Yan frunció el ceño un poco más al ver al hombre. Nunca había habido ningún conflicto personal entre él y Jing Lucheng. De hecho, no eran muy cercanos en absoluto. No había razón para que Jing Lucheng tuviera rencor contra él.
Entonces, ¿por qué vendría tras Jing Yan de esta manera?