Wang He en Asombro
Jing Yan y Jing Chenxing estaban a punto de salir del Pabellón Ru Yi cuando escucharon la voz de Wang He. Ambos se detuvieron.
Tan pronto como vio a Wang He, la expresión de Jing Yuqin se volvió un poco inquieta. Por lo que dijo Wang He, parecía que el Gerente conocía bastante bien a Jing Chenxing. Miró a Jing Chenxing y frunció el ceño. Si hubiera sabido que Jing Chenxing y Wang He se conocían, no habría humillado a Jing Chenxing y Jing Yan de la manera en que lo hizo hace un minuto.
Pero Jing Yuqin no estaba demasiado preocupada. Aunque Wang He era el Gerente, no podía castigarla simplemente por molestar a un amigo. Al menos, no podía despedirla sin una razón legítima.
Desde el punto de vista de Jing Yuqin, por supuesto, no había cruzado ningún límite cuando decidió echar a Jing Yan y Jing Chenxing. El Pabellón Ru Yi realmente tenía una regla que impedía a los clientes regulares visitar el segundo piso. Por gloriosos que hubieran sido en el pasado, Jing Yan y Jing Chenxing no eran más que personas ordinarias ahora.
—Wang He, vine a verte porque tenemos algunos recursos para vender —dijo Jing Chenxing, juntando sus manos hacia Wang He.
—¿Recursos para vender? —Wang He pareció un poco sorprendido.
Cuando el guardia vino a Wang He con la información de que Jing Chenxing quería verlo, el guardia no había mencionado que Jing Chenxing tenía recursos para vender. Wang He nunca hubiera adivinado que esa sería la razón de la visita de Jing Chenxing. Como Gerente del Pabellón Ru Yi, no estaba involucrado en transacciones de recursos muy a menudo. Además, anteriormente, Jing Chenxing nunca había venido a verlo para vender recursos.
—Sí. Jing Yan recientemente mató algunas Bestias Espirituales y consiguió algunos recursos bastante interesantes —asintió y dijo Jing Chenxing.
Wang He dirigió su mirada a Jing Yan con una mirada ligeramente intensa.
Wang He sabía sobre este genio que una vez fue brillante. Pero ahora la perla que antes brillaba gloriosamente había perdido su lustre.
—¡Por supuesto! —dijo Wang He con una sonrisa.
Aunque no pensaba que los dos visitantes tendrían mucho que ofrecer, decidió ayudarlos por consideración a Jing Chenxing. Según Wang He, considerando el rango caído de Jing Yan, tendría suerte si hubiera derribado un par de Bestias Espirituales de Primer Grado. Ese era el mejor escenario posible.
Habían venido a verlo a él, el Gerente, para vender recursos tan insignificantes. En verdad, Wang He estaba un poco molesto por eso. Pero porque era su amigo Jing Chenxing, Wang He no les diría que no.
Sin embargo, Wang He aún planeaba mencionarlo después como recordatorio. Si la gente común comenzaba a traerle a Wang He cualquier recurso aleatorio que pudieran conseguir, el Gerente no tendría tiempo para ocuparse de nada más.
Como Gerente del Pabellón Ru Yi, su agenda diaria ya estaba llena de tareas importantes.
—Chenxing, Joven Maestro Jing Yan, vengan conmigo por aquí —dijo Wang He con una sonrisa.
—Gerente Wang He, esta Jing Yuqin seguía intentando echarnos. No lo entiendo. El Pabellón Ru Yi está abierto al público. ¿Por qué echaría a los clientes de esa manera? —Jing Yan no había olvidado la rudeza y arrogancia de Jing Yuqin. No lo dejaría pasar sin aprovechar la oportunidad de vengarse. Dejar pasar las ofensas simplemente no era su manera de manejar las cosas.
—¿Eso realmente sucedió? —Wang He frunció el ceño y se volvió hacia Jing Yuqin.
—Gerente, según nuestras reglas del Pabellón Ru Yi, las transacciones que involucran recursos convencionales deben completarse en el primer piso. Vinieron al segundo piso simplemente para vender esa miserable suma de recursos, lo cual obviamente no cumplía con nuestras reglas. Por eso les dije que se fueran —dijo Jing Yuqin en voz alta.
Wang He se detuvo a pensar por un segundo. Miró alrededor y notó que un gran grupo de personas ya se había reunido a su alrededor para ver el espectáculo. Frunció el ceño y dijo:
—Jing Yuqin, sube con nosotros.
En este momento, Wang He en realidad no pensaba que Jing Yuqin hubiera hecho algo mal. En cambio, estaba un poco disgustado con Jing Yan.
Wang He los llevó a una habitación en el tercer piso. Era su oficina.
—Chenxing, te lo mencioné antes. Puedes venir al Pabellón Ru Yi y echarme una mano. Ha, si trabajas aquí en el Pabellón Ru Yi, puedes ayudar directamente al Joven Maestro Jing Yan a vender cualquier recurso que gane. ¿Qué te parece? —dijo Wang He con una risa.
—No te preocupes más por eso. Me va bien —dijo Jing Chenxing, sacudiendo la cabeza—. Jing Yan, muéstrale al Gerente Wang He los recursos que tienes.
Jing Chenxing no era estúpido. Por supuesto, podía notar que Wang He no estaba muy contento. Pero sabía que tan pronto como Wang He viera los recursos de Jing Yan, ya no estaría molesto.
—Claro —. Jing Yan le entregó el saco de piel de bestia a Wang He.
Jing Yuqin se rió con desprecio. Había notado el saco de piel de bestia relleno en la espalda de Jing Yan hace un rato. No podía esperar para ver qué tipo de recursos iba a vender Jing Yan. Imaginó que probablemente era el cadáver de alguna Bestia Espiritual de Primer Grado.
Wang He tomó el saco casualmente y lo abrió.
Cuando se revelaron los recursos en el interior, Wang He contuvo la respiración.
Jing Chenxing sonrió. Esperaba que Wang He tuviera tal expresión cuando viera los recursos. Cuando Jing Chenxing abrió el saco, también se había sorprendido bastante.
—Gerente, ¿podría ayudarme a clasificar los recursos y calcular cuántas Piedras Espirituales puedo intercambiar por ellos? —dijo Jing Yan mientras se volvía hacia Wang He con una sonrisa.
—Joven Maestro Jing Yan, ¿conseguiste todo esto por ti mismo? —preguntó Wang He incrédulamente, mirando a Jing Yan. Todavía estaba en shock.
No se le podía culpar por no creer a Jing Yan. Después de todo, el saco de piel de bestia estaba lleno de las partes más valiosas de las Bestias Espirituales. ¡Asombroso!
Wang He no había esperado que el saco contuviera algo más que el cuerpo de alguna Bestia Espiritual.
—¡Sí, lo hice! —dijo Jing Yan.
—Jeje, todos estos son de Bestias Espirituales que Jing Yan mató en dos semanas —dijo Jing Chenxing con una sonrisa.
«¿No han menospreciado todos a Jing Yan?», pensó Jing Chenxing, sintiendo una emoción recorrerlo. «¡Ahora simplemente les estoy mostrando la fuerza de Jing Yan!»
—¿Qué? ¡Imposible!
Uno tras otro, Wang He sacó los recursos del saco. Los ojos de Jing Yuqin casi se salieron de sus órbitas.
—¡Una Bestia Espiritual de Segundo Grado!
—¡No puede ser! ¿Cómo pudo Jing Yan matar una Bestia Espiritual de Segundo Grado?
—Ah... ¡Una Bestia Espiritual de Tercer Grado! ¡Esta es la Garra Afilada de una Bestia Espiritual de Tercer Grado! ¡Maldición! —La sangre de Jing Yuqin comenzó a hervir.
¡Los recursos de una Bestia Espiritual de Tercer Grado valían al menos 100 Piedras Espirituales!
¡Maldición!
—Eso... ¿No es eso de un Tigre Manchado de Piedra? —Jing Yuqin se quedó sin aliento.
El arrepentimiento la invadió como una gota de tinta extendiéndose en el agua.
Si hubiera sabido que Jing Yan tenía tantos recursos para vender y hubiera logrado realizar la transacción por él, ¿cuánto habría ganado?
Sin duda, habría sido un gran negocio.
—¿Es esto...? —Cuando Wang He recogió el pelaje y la Garra Afilada de un Lobo del Vendaval Sombreado, su expresión cambió de nuevo—. ¿Un Lobo del Vendaval Sombreado? ¡Estos son realmente el pelaje y las garras de un Lobo del Vendaval Sombreado!
Wang He miró a Jing Yan con una expresión asombrada en su rostro.
Los Lobos del Vendaval Sombreado eran Bestias Espirituales de Segundo Grado extremadamente raras. También eran muy astutos y desafiantes de cazar. Incluso para un guerrero en el Rango Precelestial que tuviera la suerte de encontrarse con uno, todavía sería difícil matarlo. Una vez que el lobo sentía el peligro, escaparía tan pronto como fuera posible y haría imposible que los guerreros lo rastrearan.
—¿Un Lobo del Vendaval Sombreado? —Jing Chenxing también estaba un poco sorprendido.
Aunque había echado un vistazo al contenido dentro del saco, solo lo había mirado por encima, así que no había visto el pelaje o la Garra Afilada del Lobo del Vendaval Sombreado.