Capítulo 168: Arrodillándose

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Al escuchar las palabras de Jing Yan, Zhao Yifeng y Cai Guanglin temblaron ligeramente, sus rostros se enrojecieron al instante.

¡Qué vergüenza!

¡Qué deshonra!

Frente a tantos Artistas Marciales de la Ciudad Donglin, habían querido escabullirse silenciosamente pero fueron atrapados por Jing Yan, quien los expuso públicamente, atrayendo las miradas de todos los Artistas Marciales hacia ellos.

Deseaban poder encontrar una grieta en el suelo para esconderse.

—Jing Yan, nos iremos si queremos. ¡No puedes controlarnos! ¡Hmph, has matado al Hermano Suo Wen, así que será mejor que te quedes en casa y esperes la furia del Mayordomo Cang Long! —Zhao Yifeng se giró hacia un lado, haciéndose el valiente mientras hablaba en voz alta.

—¡Guanglin, vámonos! —dijo Zhao Yifeng a Cai Guanglin.

Ambos fingieron no importarles lo que Jing Yan había dicho, se irguieron y estaban a punto de marcharse.

—Je je... —Jing Yan sonrió levemente.