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—¡Crack! ¡Crack! ¡Crack!
La luz roja de la espada que Jing Yan estaba impulsando dentro del espacio estaba surgiendo con Energía Primordial. Pero bajo la terrorífica sombra de la palma negra que la envolvía, la luz roja de la espada se estaba destrozando y disipando a una velocidad extremadamente rápida.
El Poder contenido en el ataque de un experto del Reino Espíritu Dao era verdaderamente demasiado terrorífico.
Aunque Jing Yan ya había ejercido su máximo esfuerzo y estimulado su Energía Primordial hasta su límite, no podía resistirlo. Además, en esta situación, sus Alas del Cielo e Intención de Espada eran de poca utilidad.