—¿No le dijiste a Noah que la persona con la que te casaste soy yo? —preguntó suavemente Logan, sin querer dejar que ella evitara el tema.
—Yo... todavía no he tenido la oportunidad... —tartamudeó incómodamente Selina.
Noah pareció momentáneamente ahogado, incapaz de decir nada por un momento. Su mente corrió mientras recordaba lo que Selina había dicho antes: su esposo cocinaba para ella, la llevaba y traía de la escuela, y era pegajoso.
«¿Estaba hablando de Logan?»
Selina tragó nerviosamente, decidiendo escapar mientras Noah todavía estaba procesando.
—Sr. Brown, gracias por su ayuda. Si no hay nada más, me retiro.
Sin esperar una respuesta, salió corriendo de la oficina como un conejo asustado, dejando solo una imagen borrosa de su figura alejándose.
—¿Selina es la amiga que mencionaste, la que te debe un favor? —interrumpió Logan los pensamientos de Noah.